martes, 12 de mayo de 2015

Una entrevista III / III



13) Grandes editoriales-editoriales independientes-editoriales cartoneras-editoriales postindustriales-libro impreso-libro electrónico-no libro. Comente.
Segmentos de mercado en el caso de las primeras categorías; formatos de presentación de unos bienes de consumo determinados, en las últimas. En el primer caso no tengo mucho que decir, mientras el mercado pueda fragmentarse y se sostengan los distintos tipos de editores, con sus mecanismos de difusión particulares, bien para todos.
El conflicto principal creo que se da entre libro impreso-libro electrónico-no libro (dejo aparte los libros de arte, de fotografía, de naturaleza, cocina, viajes, infantiles o en general, todos los libros donde la imagen es más importante que el texto: pienso que estos libros todavía tienen unos cuantos años de existencia). Quienes están en situación de peligro son los libros hechos de palabras, fácilmente digitalizables y consumibles en lectoras electrónicas y en tablets. La existencia en formato electrónico desmonta completamente la cadena tradicional de los libros de papel: autor-editor-distribuidor-librero-lector, que en términos económicos significaba 10% (autor) + 30 % (editor) + 30 % (distribuidor) + 30 % (librero) = precio total,  en su fórmula bonita, y acabó siendo 5 % + 20 % + 40 % + 35 % o algo parecido, en muchos casos. Que se desmonte esta distribución de beneficios, la verdad, como escritor, me da absolutamente igual. Total, el 5 o 10 % del precio total del libro era casi un chiste, si uno piensa en el tiempo que se necesita para escribir un libro (entre dos y seis años, normalmente). Pero a las editoriales y a los distribuidores no les hace tanta gracia. ¿Cómo sostener todo el decorado de críticos, columnas literarias, espacios en los medios, eventos, y publicidad que hay detrás del mercado editorial cuando no hay dinero para eso? La consecuencia inmediata es la orfandad de criterio para los lectores y, también aquí, la desprofesionalización (de los críticos y promotores literarios).
El no-libro puede ser el futuro, pero no inmediato. Esta generación de jóvenes, aunque en general de cultura audiovisual y poco dados a la lectura, sigue acostumbrada a pensar en los libros como algo valioso (especialmente en lo que se refiere a la educación, en todos sus niveles). La sustitución de los libros por los audiovisuales para uso didáctico está en proceso, pero es imposible llegar a los niveles de especialización de contenidos que la educación requiere, y la elaboración de audiovisuales sigue siendo costosa. El libro como objeto de ocio es quien se ve más amenazado por las opciones que proponen las nuevas tecnologías; la competencia es dura, y las novedades aparecen a una velocidad impresionante. Entre las redes sociales y el consumo de videos o video-juegos, el tiempo que queda para la lectura (tradicional) no es mucho. Pero hay un fenómeno estadístico que no se puede negar: hay gente que prefiere leer, aunque eso implique un esfuerzo mayor que otras actividades. Es un porcentaje pequeño, que disminuye cuando la lectura pierde el “prestigio” que tenía en otras épocas.

14) ¿Qué es para Ud. la autoría?
Para mí, es el eslabón, o los eslabones, insustituibles de la cadena de producción de los bienes culturales. En el caso de la literatura, la persona capaz de convertir las ideas en frases con una voz particular. Los editores del libro son intercambiables, igual que los traductores, los distribuidores y libreros aún más. Que un crítico diga A en lugar de B tampoco modifica al libro como objeto, puede afectar ligeramente su difusión, pero poca cosa más. En cambio, la supresión del escritor significa la no existencia del libro.
Si el texto se reduce al comentario de las imágenes, o responde a un tipo de escritura estrictamente codificado (por ejemplo, en un libro sobre preparación de cócteles), creo que la autoría se desplaza al editor, porque es él quien ha organizado el trabajo dándole un estilo propio; tanto el redactor como el fotógrafo son sustituibles en esta clase de libros (sobre todo, en las llamadas “colecciones”).

15) ¿Copyright o copyleft? ¿Por qué?
Frente a la baja rentabilidad del libro para el escritor es natural que aparezcan opciones alternativas de utilización de sus derechos de autor, principalmente cuando el autor busca una mayor difusión. Normalmente, a estas alturas, no se escribe un libro porque se espere obtener de él una cantidad significativa de dinero, se escribe como medio para llegar a otro tipo de beneficios: necesidad de expresión, prestigio frente a un colectivo determinado, carta de presentación curricular, amor propio, etc. En la mayoría de estos casos, mientras más circule la obra, mejor es para el autor. ¿Por qué amarrarse a un editor (normalmente pequeño) si lo que se gana, en términos económicos, por los derechos de autor, es casi ridículo? Desde mi experiencia, publicar en papel sólo sirve para tener un ISBN y ser archivado en las bibliotecas nacionales (como una pequeña garantía contra la desaparición, algo que no ocurre cuando se existe únicamente en formato digital).
En una oportunidad escribí con un amigo un libro descaradamente comercial (tenía que ver con el equipo del Barça). Como, de entrada, no me ofrecían mucho dinero, hice mi parte en tres semanas. Por suerte el libro se vendió bastante bien y sacaron varias reimpresiones. En total, durante los dos años que el libro existió en las librerías, me habré sacado unos tres mil euros. La pregunta es, ¿qué hubiera pasado si en lugar de trabajar con el copyright hubiéramos trabajado con el copyleft? Pienso que no me hubiera animado a escribirlo. Hay muchos temas que me interesan más que el Barça. Adonde quiero llegar es que no reniego del copyright como figura legal, desde el punto de vista práctico, sólo que dudo de su utilidad en lo que tiene que ver con la “mejor vida posible” de la literatura no comercial: entregar los derechos de autor a un editor pequeño significa reducirse a su capacidad de promoción y distribución, que normalmente es casi nula; guardarse los derechos de difusión vía web abre la posibilidad de que el libro tenga una circulación relativamente mayor, si uno se mueve con la auto-promoción (lo que no es mi caso).

16) ¿A quiénes considera como innovadores en la literatura latinoamericana actual? ¿Por qué?
Esta pregunta la tengo que saltar porque, en realidad, no estoy al día. Puedo recomendar a algunos escritores (como Slavko Zupcic), pero son casi todos amigos, y supongo que éste no es un criterio demasiado objetivo.

17) ¿Qué instituciones, publicaciones, proyectos o sitios considera importantes en el panorama de la literatura latinoamericana actual? ¿Por qué?
Creo en el valor de las antologías. Son una especie de “tráiler” (como en el cine) de la literatura actual. Algunas de estas antologías (por ejemplo, http://www.piedepagina.com/redux/category/especiales/el-futuro-no-es-nuestro/) consiguen hacer ruido y atraer la mirada sobre la pluralidad de la creación latinoamericana actual. Este tipo de iniciativas pienso que son valiosas. Sirven, también, para que los autores se conozcan entre ellos y, en algunos casos, vía redes sociales, entren en contacto.
Por otro lado, el mundo de los premios literarios y los espacios “oficiales” de la literatura tiene sus particularidades; para mí tiende a ser endogámico (lo que no es bueno ni malo) y a generar un perfil determinado de escritor, e implica algunos compromisos, en cuanto al tipo de textos “competitivos”, que a veces pueden no ser interesantes. Todo depende de las razones que lo llevan a uno a escribir.
Luego están los espacios de algunos individuos que se han dedicado a descubrir y promocionar a los nuevos autores, algunos de ellos, apoyados por la academia, de manera profesional. Uno de los más interesantes es el escritor y crítico peruano Julio Ortega (http://www.elboomeran.com/blog/483/blog-de-julio-ortega/), la persona que conozco más al día con las novedades literarias latinoamericanas, y con una visión aguda sobre lo que está pasando.
Para mí, es imposible decir si son las instituciones, o los proyectos, o los sitios, o las publicaciones, quienes más oxigenan al panorama literario; creo que, al final, como en todas las actividades, el valor de estos espacios depende de las personas que realizan el trabajo.

18) Indique enlaces para textos suyos y material crítico sobre su trabajo:
http://luigicastaneda.blogspot.fr/
http://sudaquia.net/index.php?route=product/author/info&author_id=16
http://www.contrapunto.com/index.php/opinion/itemlist/user/1916-armandoluigicastaneda
http://www.elboomeran.com/blog-post/483/14535/julio-ortega/mis-mejores-libros-del-ano-narracion1/ (mi última novela es uno de los libros que Ortega cita)

19) Indique enlaces para material audiovisual (lecturas, performances, entrevistas etc.): 
No he colgado nada parecido. Tengo fotografías, pero son parte de un trabajo paralelo, no relacionado directamente con la literatura:
https://www.facebook.com/armando.luigi?ref=profile

20) Indique como desee (texto, gráfico, dibujo) el mapa de su red (personas, proyectos, instituciones, publicaciones, afinidades, interlocuciones, otros):
Mi ordenador como espacio de creación (el disfrute puro y duro de escribir) - una novela casi terminada dentro de él, con la que haré todavía no sé qué - algunos amigos con quienes intercambio textos y opiniones de nuestros propios trabajos - algunos desconocidos que me piden ocasionalmente cosas para antologías - una columna de opinión en una publicación semanal (reciente).
Aparte de esto, creo que nada más.

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