viernes, 19 de junio de 2009

http://culturel.mal217.org/fr/Agenda/Litterature/Canaima-de-Romulo-Gallegos-3150.htm





beaumont






sin titulo (continuacion)

EXTERIOR. NOCHE. CALLE. AÑOS OCHENTA DEL SIGLO XIX
Fiesta de pueblo mexicano: niños, gallinas, mujeres, perros, hombres y ancianos moviéndose de un extremo a otro de la pantalla, la mayoría vestidos con sencillez, casi todos con actitud despreocupada.
En lugar del ruido de personas y animales, se escuchan llantos y lamentos.
La cámara se aleja de la fiesta y nos damos cuenta de que era la vista desde una ventana.

INTERIOR. DORMITORIO AMPLIO DE UN CASERÓN ANTIGUO
A la izquierda de la ventana una cama donde dos mujeres amortajan a otra, comenzando por los pies. A la derecha de la ventana un hombre mira al piso mientras otro susurra frases de las que sólo se alcanza a oír palabras sueltas: “viaje”, “esferas”, “hermanos”; la ropa de ambos hombres, con chalecos y leontinas, contrasta con la de las mujeres que lloran y amortajan.
El sonido de una puerta que se abre. Aparece una mujer, vestida también sencillamente. Lleva en brazos a dos recién nacidos. Tiene los ojos llorosos.
MUJER CON NIÑOS.- Señor, ¿sus hijos pueden… --hace un gesto hacia la cama.
El hombre que mira al suelo no reacciona; su acompañante aprueba moviendo ligeramente la cabeza.
La mujer con los niños se acerca a la cama, se inclina, y grita:
MUJER CON NIÑOS.- ¡Está viva! ¡La señora está viva!
Las dos mujeres dejan de amortajar, el hombre que miraba al suelo levanta la cabeza, el otro frunce el ceño.
MUJER CON NIÑOS.- ¡Se lo juro por la Virgencita, la señora está viva, me está oyendo!
El hombre que miraba al suelo sigue inmóvil, como en shock, el otro se acerca a la cabecera, coje una vela de la mesa de noche, la acerca a la cara de la mujer que está en la cama. Se incorpora todavía con el ceño fruncido.
HOMBRE DEL CEÑO FRUNCIDO.- Quítenle eso --señalando la mortaja.
En primer plano un pie liberado de la mortaja. Unas manos de mujer lo sostienen, unas manos de hombre encienden una cerilla. El fuego de la cerilla sobre el talón; uno, dos, tres, cuatro segundos, hasta que se apaga y vemos que se ha formado una ampolla. La cerilla cae de los dedos inmóviles.
HOMBRE DEL CEÑO FRUNCIDO.- Diego, sí, tu mujer está viva.
El hombre que miraba al suelo corre a la cabecera de la cama, gritos de agradecimiento de las mujeres que amortajaban, revuelo en el cuarto y, mientras tanto, asomada a la ventana, una niña disfrazada de la Muerte (la misma que el fresco El sueño de la Alameda), ha estado mirándolo todo y, en algún momento, da la media vuelta y se va.

jueves, 4 de junio de 2009

seleccion francia






sin titulo (continuacion)

Ya tengo en casa el material que servirá para fabricar al personaje: todos sus escritos reunidos en tres tomos, toda la pintura mural en un libro gigante, una biografía detallada y escéptica, una autobiografía autopromocional, y los textos teóricos que me servirán para la metodología en la memoria de ochenta páginas que debo redactar para cerrar un master, y que es la excusa de toda esta historia.
Ahora la pregunta es por dónde comenzar; más bien por dónde seguir, porque la autobiografía autopromocional ya la leí y el libro gigante de los murales lo llevo a medias. También avanzo el Popol Vuh traducido por Miguel Ángel Asturias y una historia de México escrita por un norteamericano más o menos en la época del fresco centro de la investigación. Entonces, ¿leo primero la correspondencia y los artículos, o el biógrafo punzante, o la teoría? Me voy por la vía sencilla, comienzo todo al mismo tiempo.
Las primeras cartas me muestran a un tipo centrado e inteligente (dos de Madrid de 1910 y 1911, y otras dos de París de 1915 y 1916… en plena guerra, ¿qué hacía aquí?). La introducción del biógrafo punzante habla, sobre todo, de la celebración del Día de los Muertos en México y describe superficialmente a Guanajuato, en un tono semiliterario al estilo de los best sellers norteamericanos. El libro de teoría… no sé, no lo he abierto.
Pero ya, aquí paro, tengo que vestirme para ir a trabajar.

miércoles, 3 de junio de 2009

seleccion europa color






sin titulo (continuacion)

Cuando quieres conocer a alguien lo primero que haces es intentar verle la cara, ¿no? Pues eso he hecho. Llegué hasta la biblioteca del Pompidou y cogí todos los libros sobre el personaje. Sabía, porque revisé el catálogo por internet, que había uno de fotografías. En todas, excepto niño, se veía a un tipo enorme, cada vez más gordo, de ojos tristes, encorvado. De joven, una barba debajo del mentón lo convertía en bohemio según la moda. Después la barba desapareció y sólo quedó el tipo grande de ojos y hombros caídos.
Unas líneas (las tendría que copiar) lo ridiculizan ácidamente al momento de subir al barco que lo trajo por primera vez a Europa. El autor del texto era la víctima, muchos años después.
En una caricatura aparece acompañado por una viejecita delante de unos dibujos toscos. Era una sátira sobre los nuevos pintores en un diario de la época. Otra viñeta lo muestra junto a Picasso y demás colegas en la Rue de Gaieté.
En muchas de las fotos sin barba sale acompañado por mujeres. Entre ellas, algunos iconos sexuales. El gigante triste parece haber sabido moverse bien.
Entonces pasé la página y, de frente, el no azar: una foto en su estudio de París apuntaba la dirección “26 rue de Depart”; o sea, casi exactamente igual que yo (18 rue de l’Arrivée), pero del otro lado de la torre.

*

26 rue de Depart 3 de junio 2009
20:04 h Al edificio lo desaparecieron, ahora está el centro comercial y, en lo que debió ser el sitio preciso, una vidriera de Galeries La Fayette. En la vidriera hay carteras de señoras y un par de maniquíes con vestiditos de verano.
20:09 h Un negro de traje mira con cuidado las carteras de señora.
20:10 h Tres militares que patrullan aburridos me miran a mí.
20:11 h Dos chicas pasan, una de ellas dice, señalando al suelo, "las tuyas son hiperoriginales"
20:12 h Un tipo me interrumpe comentando "buscamos un cine" (está con lo que parece un japonés); "por allá está lleno de cines", y señalo hacia el boulevard.
20:17 h Me da hambre, me voy a casa.

martes, 2 de junio de 2009

seleccion america






sin titulo

PRIMERA CAPA


A unos metros de distancia comienza la lucha: el suelo cubierto por los cuerpos vestidos de metal o plumas y, sobre los cuerpos, un grupo de hombres, en armadura, remonta a caballo el triángulo obtuso rodeados por una multitud vestida de animales. El más cercano, un hombre/jaguar blanco, hunde una lanza en el coxis desprotegido de un caballero que, sobre la bestia a dos patas, parece caer hacia atrás; abajo, un hombre/papagayo hunde un puñal de pedernal en la panza del animal sacando dos hilos de sangre.
Delante de este primer caballero herido avanza otro hundiendo su lanza en el pecho de un hombre/leopardo que sostiene una masa. A la izquierda del hombre/leopardo están los pies en sandalias de un hombre/pájaro azul y, junto a él, también en tierra, un hombre/mono que exhibe su muerte desde la boca de su traje.
Detrás de estos dos caballeros algunos arqueros semidesnudos apuntan en dirección opuesta hacia un trío de caballeros que remonta la izquierda del triángulo. En tierra, junto a un cuerpo caído y acorazado, un guerrero blande una espada contra un hombre/serpiente emplumada que, con su escudo y su maza, enfrenta a un caballero de rostro descubierto y penacho de plumas. A los pies del hombre/serpiente emplumada está un hombre/lagarto y, a su lado, un guerrero de traje rojo coge con ambas manos la lanza que un caballero le afinca en el pecho. Algo más arriba el perfil de un arquero se prepara para disparar y, detrás, otro grupo de guerreros avanza para abrir una nueva escena.