Problema: aunque Gershwin sea Hemingway, y Stravinsky sea Picasso, y Kurt Weill sea Bertold Brecht, y Prokofiev sea Chagal, y Schostacovich sea Kandisky, y Debussy sea Cezanne, y Hugo Wolff sea Van Gogh, y Wagner sea Nietzsche, y Tchaikovsky sea Victor Hugo, y Beethoven sea Goya o Goethe, y necesites andar alardeando, pedante cara de culo.
Pregunta: ¿tienes que interrumpir, por eso, el polvo con tu amiga?
Que seas incapaz de sostener una historia; que no puedas desarrollar un personaje; que te compliques para mantener el ritmo; que el estilo se te rompa a cada rato; que, en fin, no sepas escribir un buen libro, no significa, como crees, que seas un escritor posmoderno, no; simplemente eres un escritor malo.
Me dices que tus amigos creen que te harás rico. Yo pienso igual. Eres lo bastante listo para conseguirlo, y suficientemente tonto para necesitarlo.
Publicidad gráfica: en la base de la pirámide, donde normalmente están las especies vegetales típicas del bioma, hay fábricas y casas y paradas de bus y mercados y edificios públicos y etc.
Sobre la base, en el lugar de los herbívoros, todos los que un gastado marxista llamaría proletarios. También se puede poner directamente aquella famosa pintura que ahora no recuerdo cómo se llama, la que usa Bertoluci para cerrar Novecento.
Sobre los herbívoros-proletarios, en el puesto de los omnívoros, los empleados cualificados, la clase media, con sus disfraces de enfermera, contable, ingeniero, profesor, abogado, y todas esas historias.
Sobre ellos, lógico, los predadores: los empleadores, medianos empresarios, puestos de mando en organizaciones fuertes, etc.
Arriba, los superpredadores, ya se sabe, los de siempre, esos que aprovechan a los predadores-empleadores.
Y, para acabar, en la parte más alta de la pirámide, los carroñeros, una buena pandilla de mendigos y facinerosos o, como se diría, de vagos y maleantes.
Abajo a la derecha, discretamente llamativo, el logo del partido conservador o, quizá, de un partido radical de izquierdas, lo que vaya mejor, da igual.
No sólo eres tacaño sino además pedigüeño; no te basta con el techo, también quieres comida; te sirves la mejor parte y, para colmo, dejas el plato lleno. Ser pobre, para ti, no es un problema, eso está claro; el problema, ya lo veo, es para mí.
Retrato:
--¿Qué pasó?, inútil.
--¿Qué cuentas?, peruanito de mierda.
--Muy bien, ¿y tú?
--Bien, trabajando duro por la grandeza de los Pueblos.
--Eso es nuevo.
--No, siempre he sido un carajo de lo más provechoso, lo que pasa es que nadie se ha dado cuenta.
--Claro, es eso, eres víctima de la sociedad.
--Exacto.
--Siempre son los demás, nunca eres tú.
--Por supuesto, así me ahorro el sentimiento de culpa, nunca lo tengo. Es lo bueno de no haber pasado por el Opus Dei.
--Yo sí pasé, y todavía mi psicoanalista trabaja en eso.
--Bueno, tu psicoanalista trabaja en lo que sea, lo importante es desplumarte, si no fuera el complejo de culpa se buscaría otra cosa.
--Tú siempre tan acertado.
--De alguna forma se tiene que redistribuir la pasta que te sacas haciendo chanchullos financieros en Sudacalandia, ¿no?
--Por supuesto.
--Es economía básica.
--O cinismo avanzado.
--Ah, ¿no es igual?
Publicidad gráfica: panes pequeños con formas fálicas, cuerpos de mujeres con tetas gigantes, parejas copulando en distintas posturas, todo un catálogo de obscenidades hechas de pan, una junto a otra, sobre una tela teñida de púrpura. Abajo, en letras clásicas: "La vida cotidiana en el Imperio Romano. Exposición", lugar y fechas.
La felicidad no se ve, pero se siente.
Tienda de ropa interior para damas.
El amor dura tanto como un frasco de perfume.
Marca de perfume, ahora también en presentación King Size.
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