miércoles, 7 de agosto de 2013

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Isla de Coche, Venezuela, 2012

Ejercicio: mirar la imagen durante cinco segundos mientras avanza el slide en el portarretratos digital.

Leyendo el Trópico de Capricornio comencé a imaginar lo que podría salir del ejercicio, sabiendo que me encontraría con el portarretratos en el camino a la cocina y a la taza de té. Supuse que, no importa la foto que me tocara ver, quedaría manchada por el libro de Henry Miller. Así, por ejemplo, si aparecía una de las imágenes de mi mujer que llenan el portarretratos, vendría a mi cabeza una escena libidinosa, necesariamente.

Pero no, aparecieron estas nubecitas y tuve sólo cinco segundos para mirarlas. No pude encontrar en ellas los ovarios, las parejas follando, las mujeres con las piernas abiertas, las tetas o las pollas que llenan el libro de Henry Miller. Nada. Agua inocente volando por el cielo reflejado de la fotografía.

Creo que de haber tenido veinte segundos más esas simpáticas nubecitas se habrían montado una buena fiesta, como las de Nerón, allí, impúdicas, al aire libre.

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