lunes, 28 de mayo de 2012

062

Petit Palais, Paris, 2011

Tenía un gusto tan grande por lo terrible y por lo grotesco que, por contraste, sacaba de allí un aire vulgarmente angelical. Luego aprendió a esconderse justo antes de hacer las cosas indebidas, dando pie a la gente para fantasear lo que, probablemente, nunca tendrá el coraje de hacer.

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