jueves, 19 de mayo de 2011

Texto provisional para una exposicion de fotografia



Viajar es, de alguna manera, vivir otra vida durante un breve periodo; una vida nueva, frágil, casi siempre demasiado corta; en realidad, cosas que podríamos decir de la vida corriente, sólo que de una forma acentuada, más notoria.
Los viajes dejan casi siempre dos impresiones contrarias que dibujan una paradoja: por un lado, la sensación de que el tiempo pasa rápidamente, como un vídeo puesto a velocidad 4 u 8 X; pero, también, la acumulación de experiencias hace creer a nuestra memoria que un día de viaje ocupa una semana de vida normal, y una semana en movimiento equivale a dos meses de cotidianidad.
Hay lugares que favorecen esta paradoja, Ecuador es uno de ellos; un país relativamente pequeño donde se solapan los escenarios de una forma extraña, casi onírica: en seis horas se atraviesa por tierra la cordillera de los Andes, y el escenario de alta montaña se convierte en selva tropical. En Quito, es posible salir de un hotel con mobiliario posmoderno para entrar a un amplio espacio de arquitectura colonial ocupado por gente que ejerce oficios normales… hace setenta años: limpiabotas, saltimbanquis, vendedores de helados de hielo. El mestizaje humano, prueba de una historia compleja, y la enorme cordillera andina que separa a la selva del mar explican parcialmente esta riqueza.
Ecuador es una superposición de capas de historia y de estilos arquitectónicos; de formas de vida y de tipos humanos; un universo al mismo tiempo abierto y cerrado, detenido en la historia pero también en crecimiento y progreso; la variedad afecta tanto al espacio material y simbólico ocupado por los seres humanos, como al paisaje natural y la diversidad de la vida. Ecuador es un shock de experiencias nutritivo, estimulante, tremendamente didáctico,  destinado a fijarse en la memoria como una vida breve pero intensa, muy útil para sentir que, así, vivir es un ejercicio siempre justificado.
Este proyecto fotográfico busca recoger, en imágenes, la diversidad de lugares y de experiencias que llenaron los ocho días de movimiento continuo entre Quito, los Andes y el Amazonas de Ecuador.

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